En busca de lo perdido

Los paneles se trasladaron al taller para realizar la intervención. El trabajo de restauración de vidrieras es muy específico y la mayor parte de las veces se tienen que desmontar para poder llevar a cabo los tratamientos.

Calco de la red de plomo.
Alteración de los metales.
Reconstrucción parte inferior.

Se retiró la lámina adhesiva de los paneles para poder verlos bien. A la vez, se eliminó la suciedad acumulada más superficial, con la ayuda de brochas, aspirador y pequeñas herramientas de precisión.

Igual que al trabajar con una vidriera de nueva creación, es fundamental en el tratamiento y estudio de una vidriera deteriorada conseguir una copia del diseño, a modo de cartón.

De cada panel, se prepararon dos calcos, sobre uno se desemplomó, y sobre el otro se reemplomó una vez finalizado el tratamiento.

En el caso de esta vidriera, en la que muchos de los paneles aparecen amputados y con la red de plomo totalmente deformada en su parte inferior, este calco fue la base para comenzar un extenso trabajo de investigación y reconstrucción del diseño de la obra.

Se desconocían partes tan significativas como rostros, ropajes, cisnes, la barca e incluso la propia firma y fecha.

Desde 2014, con la incorporación de Jokin Larumbe como responsable del Departamento de Medio Ambiente del Parque Natural de Bértiz, se recopilaron las fotografías existentes de la vidriera desde la época del matrimonio Ciga.

Las estampas familiares en este agradable rincón del Señorío, el material de fotógrafos profesionales de la zona o las imágenes del arquitecto José Joaquín Roncal cuando se puso al frente de la redacción de los proyectos encargados por el Gobierno de Navarra en los años 80, fueron de gran ayuda para recomponer el diseño.

A través de fotos en blanco y negro, se sacó parte de la red de plomo que faltaba.

Estas tareas de búsqueda, montaje, análisis supusieron horas, días y meses de trabajo.

Una vez hecho el montaje fotográfico se localizaron las zonas de las que no había información. En puntos como la parte inferior de los paneles nº 13, y 9, se reconstruyeron las formas vegetales, siguiendo el diseño tanto del propio panel como de los paneles contiguos.

En el caso de los cisnes, en el panel número 8, fueron “reinterpretados” a partir de una ampliación de las fotografías muy difusa.

De esta manera se esbozó un primer acercamiento al diseño final del nuevo cartón.

En este punto se apreciaron fallos de “fábrica”, en líneas horizontales que no casaban, como el caso de los vidrios doblados de los cielos de los paneles 9 y 10; y los ropajes del panel nº 1 que se cortaban sin pasar al nº 2.

Como resultado se consiguió completar la red de plomo, el diseño básico de la vidriera. A continuación había que estudiar el color.

La existencia de cartones y bocetos de otras vidrieras de la casa Maumejean, consultados en los fondos del Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid, ayudó a localizar algunos ejemplares que representaban este mismo motivo, de manera que el diseño de los cisnes perdidos pudo realizarse.

Boceto casa Maumejan cisnes
Boceto de cisnes de la casa Maumejean.
Selección de vidrios
Selección de vidrios.
Propuesta de reintegración cromática
Propuesta de reintegración cromática.

Los vidrios nuevos elegidos tienen que funcionar perfectamente con los que le rodean, para ello se tienen en cuenta propiedades como el color, el tono, el grosor y la textura.

La información sobre los vidrios de color se rescató poco a poco gracias al análisis exhaustivo de las fotografías en color y su comparación con los tonos reales de los vidrios que se conservaban en cada panel.

Una vez realizado este trabajo se completó la vidriera con una propuesta de reintegración cromática.

Con esa propuesta se pasó a la búsqueda de los vidrios más adecuados para reponer los que se habían perdido.

Cada laguna se estudió de manera individual. Se buscó en cada caso la solución más adecuada.

Una de las peculiaridades de los talleres de vidrieras es el aprovechamiento del material. Durante años, se guardan vidrios, aunque sean fragmentos pequeños, dado que pueden ser útiles cuando llega el momento adecuado.

Esta práctica ha ayudado en la intervención de esta vidriera dado que la mayoría de los vidrios usados han sido de la época de ejecución, de finales del siglo XIX – principios del siglo XX. De esta manera, el material utilizado tiene propiedades muy parecidas a los originales.


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